La oratoria forense
1.- Concepto
La
oratoria forense es el arte para comunicarse eficazmente de forma oral en el
sitio en donde los tribunales juzgan sus causas. Los hechos tiene en sí más fuerza que la
palabra, pero sin las palabras previas, los hechos no se producirían ni se
conocerían. (Gutiérrez, 2015)
2.- Elocuencia y oratoria
política
La
elocuencia es una capacidad o habilidad que tienen ciertas personas para
expresarse de manera clara, concisa y directa.
La elocuencia puede estar presente en el habla pero también en otros
espacios como imágenes que envían un mensaje claro y evidente. La elocuencia es una capacidad muy importante
para aquellas personas que hacen de la comunicación su arma laboral.
La
palabra elocuencia viene del latín “elocuentia”, que significa exponer hacia
fuera. La elocuencia era para los
antiguos una de las capacidades más importantes en la comunicación,
especialmente siendo que la escritura estaba reservada para las clases más
altas y que, por tanto, el resto de la población debía lograr comunicarse de
manera clara y concisa.
La
elocuencia es una habilidad, una destreza, lo cual quiere decir que se puede
fácilmente desarrollarse con la práctica.
Para eso, es importante tener una idea clara y armada a desarrollar o
presentar y buscar los argumentos que la hagan aún más clara y evidente para el
público al cual se trata de atraer. Otra
de las características de la elocuencia es la adaptabilidad que supone ante
diferentes tipos de público, no solo en el lenguaje que se usa, sino también en
los modismos, en los gestos, en muchas cosas más.
La
elocuencia es parte importante de muchas áreas laborales así como también, por
ejemplo, de la política. Se considera
que a un político elocuente que sabe expresar sus ideas de manera simple pero
clara y que puede presentarse ante diversos tipos de público tiene muchas más
posibilidades de ser reconocido y aprobado por la gente que uno que no se
maneja de manera elocuente o que muestra una actitud mucho más recelosa. (DefiniciónABC,
2018)
3.- Relación de la oratoria
con la poesía
La
retórica griega convirtió el arte de hablar bien en una práctica reglamentada
que toda persona podía emprender.
Para
la elaboración de buenos discursos era imprescindible el conocimiento de los
distintos recursos oratorios que se estudiaban en las diferentes partes de la
retórica:
a.- Inventio:
Contenido de las ideas y de las argumentaciones.
b.- Dispositio:
Ordenación de las ideas del discurso.
c.- Elocutio:
Expresión lingüística del discurso; la elección y colocación de las palabras,
el ritmo y la correcta utilización de las figuras retóricas.
d.- Memoria:
Proponía pautas para memorizar.
e.- Declamatio:
Desarrollaba técnicas para la declamación.
Esta
última parte (la declamación), está relacionada con el discurso poético, el uso
de la palabra en forma estética y creativa.
Ciertamente, el poema permite en su lectura pública el desarrollo de
cualidades oratorias, y en su escritura, el uso de las palabras más apropiadas
y expresivas que incidan en el ánimo del receptor del mensaje. Tal recurso influyo en la prosa y el verso
como formas de discurso.
La
poesía denota carisma, dulzura, elocuencia en cada palabra vertida, y por ello
es importante hacerla parte de la oratoria, puesto que al hablar ante un
público demanda del orador mucha entrega, compromiso, cordialidad, pero sobre
todo es importante que las palabras suenen a poesía en los oídos del
público. Cuando el público escuche la
voz del orador, debe quedar impactad, que el timbre de su voz quede plasmado en
la mente y corazón de ellos. Ofrecer lo
mejor del orador en su representación.
Es necesario ejercitar la voz más a menudo, no importa el tipo de voz
que se tenga, la importancia radica en darle forma, darle elegancia a las
palabras, a sus frases, que cada palabra y vocal suenen con dulzura, fuerza y
potencia. Esto requiere también
desarrollar un estilo propio en la forma de discursar.
Se
debe recordar que la oratoria demanda de entrega y compromiso por parte del
orador, hablar ante un público es uno de los mayores retos que el ser humano
puede afrontar, y para ello siempre debe estar preparado. A través de la declamación también se fomenta
las dimensiones comunicativas, lingüísticas, lúcidas, culturales y sociales,
siendo todas ellas fundamentales para tener un desarrollo integral.
4.- Requisitos para una
adecuada oratoria forense
a.- Claridad
En
términos generales significa pensamiento claro, conceptos bien definidos,
exposición coherente, es decir, una sintaxis correcta y un vocabulario al
alcance de la mayoría En otras palabras,
un estilo es claro cuando el pensamiento del que emite el mensaje penetra sin
esfuerzo en la mente del receptor.
b.- Concisión
Esto
significa que se debe emplear únicamente palabras significativas,
indispensables para expresar lo que se quiere decir. Sin embargo, ser conciso no significa ser
breve y condensado, sino que la concisión es enemiga de la verborrea, la
redundancia y el titubeo, elementos que obstruyen la comunicación; el mensaje
no llega adecuadamente y en muchas ocasiones ni siquiera llega.
c.- Coherencia
Las
relaciones entre las ideas expuestas deben ser lógicas y las contradicciones
evitadas. Cuando el emisor, orador o
conferenciante esté expresando puntos de vista personales debe prevenir a
quienes lo escuchan, que va a exponer el punto de vista de otra persona, porque
de lo contrario provocará incomprensión y distorsión en lo que está
diciendo. Además, emplear un vocablo que
se adapte al nivel de los oyentes es requisito importante para la claridad de
una exposición.
d.- Sencillez
Esta
es una cualidad necesaria para la expresión oral y la oratoria. La sencillez es huir de lo enredado, de lo
artificioso, de lo complicado, de lo barroco.
Ser sencillo no es tan fácil, porque cuando nos situamos ante un público
que está pendiente de las palabras, hay un sentimiento natural que lleva a
tratar de hablar mejor.
e.- Naturalidad
El
orador se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo. La naturalidad no está reñida con la
elegancia. El orador debe conjugar lo
natural con lo preciso, procurando aunar la sencillez y la exactitud. (Baca,
2009)
5.- Cuestión de forma
Lo
importante en la oratoria es la aplicación eficaz de la palabra.
Por
ejemplo, muchos abogados estudian cuidadosamente ciertos procedimientos y
bosquejos para armar sus discursos, pero encuentran que la manera de
presentarlos no depende tanto de saber diseñar un esquema mental de ideas como
de entender cómo valerse de sus diferentes cualidades físicas humanas.
Es
cierto que cada orador tiene su propio estilo, y que se estimula a los
estudiantes de oratoria a cultivar un estilo original. Sin embargo, no deben sacrificarse los
principios de oratoria para imponer un estilo que podría resultar poco
eficiente. El estilo debe sujetarse a
los principios y no al revés.
Por
ejemplo, alguien podría pensar que gritando lograría
mejores resultados. No obstante, a la larga, pierde imagen y respetabilidad.
Una persona que siempre habla a gritos pasa por dominante, irrazonable,
dogmática, prejuiciosa y hasta carente de buen juicio. Comunicarse a gritos (a
no ser que estén en una montaña, separados por un precipicio) no es de culturas
civilizadas. (Ruiz)
6.- Características de un buen
orador
a.- Presencia
Un
orador debe vestirse adecuadamente, pero siempre teniendo en cuenta el público
ante el cual se presenta. Su postura
debe ser erguida, mostrando decisión y seguridad.
b.- Preparación
Debe
dominar el tema, los argumentos que desarrollará pero también anticipar las
preguntas que pueden dirigirle. Su
conocimiento sobre el tema que desarrollará le permite mantener un discurso
fluido, sin titubeos que pueden provocar la desconfianza o disminuir el interés
del público.
Por
otro lado, la preparación también incluye la puntualidad, conocer el recinto
donde se realizará la presentación y saber con qué elementos tecnológicos
contará (micrófono, proyector, etc.).
c.- Práctica
Conocer
el tema no es suficiente para poder expresarlo con efectividad. Un orador practicará en privado la mejor
forma de exponer sus argumentos, combinando contenidos, tono de voz,
gestualidad, ritmo y cualquier otro elemento que incluya en su disertación.
d.- Credibilidad
Si
bien en su preparación deben anticiparse posibles preguntas, si no puede
responder a alguna, es preferible que admita sus limitaciones que intentar
engañar a la audiencia con falsas respuestas.
e.- Dicción
Las
palabras deben ser pronunciadas de forma correcta pero también clara, con una
modulación distintiva de cada consonante y vocal.
f.- Vocabulario
De
la misma forma que la vestimenta, el vocabulario siempre debe adaptarse tanto a
la temática tratada como al público. Si
es necesario utilizar una palabra específica para designar un concepto de
alguna disciplina (biológica, filosófica, medicina, etc.) que el público
probablemente no conozca, el término se utilizará solo luego de haber sido
explicado de forma amena, clara y concisa.
g.- Ritmo
La
exposición de un buen orador debe ser dinámica, utilizando diversas técnicas
digitales o visuales que ayuden a mantener la atención del público. Parte de ese dinamismo implica también hacer
las pausas necesarias al hablar, para señalar etapas en el discurso, crear
expectativa o facilitar la comprensión del mensaje.
h.- Argumentación
El
orador debe ser consciente de los fragmentos de su exposición que son más
propensos al debate. Por eso su
preparación debe incluir argumentos para defenderse ante las críticas
esperables.
Si
bien el orador debe mostrarse convencido y firme en su posición, también debe
escuchar las opiniones de la audiencia y respetar a aquellos que disientan con
sus opiniones.
i.- Gestualidad
La
gestualidad tanto del rostro como del cuerpo debe ser utilizada para enfatizar
los mensajes verbales, para favorecer la empatía del público o para mantener el
dinamismo de la exposición.
Sin
embargo, debe utilizarse de manera consciente como un medio de comunicación no
verbal, y nunca abandonarlo al azar, ya que si no es utilizado de forma
adecuada puede convertirse en un distractor o incluso contradecir el mensaje
que quiere transmitirse.
j.- Contacto visual y verbal
Al
establecer contacto visual con diferentes miembros del auditorio se promueve la
atención e integración hacia el tema que se está exponiendo. Además, debe apelarse a la audiencia
utilizando con frecuencia en su discurso la segunda persona del singular.
Bibliografía
Gutiérrez,
Atenas. (2015) prezi.com. Recuperado de: https://prezi.com/jon-eh2ht0c/oratoria-forense/
DefiniciónABC.
(2018) Tu diccionario hecho fácil. Recuperado de: https://www.definicionabc.com/comunicacion/elocuencia.php
Steemit.com. Recuperado de: https://steemit.com/spanish/@rayuela2/oratoria-y-poesia
Baca,
Jorge. (2009) Importancia de la oratoria forense en los juicios orales y públicos en Nicaragua. Monografía para optar al título de licenciado
en derecho. Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
(UNAN – León)
Ruiz,
Miguel. Oratorianet.com. Una cuestión de
forma. Recuperado de: http://www.oratorianet.com/rsp/Index/Index_FORMA.html
Enciclopedia de Características (2017).
"Buen Orador". Recuperado de: https://www.caracteristicas.co/buen-orador/
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